Silencios nocturnos
y ardientes latidos.
Ángel de la oscuridad
que difícil es tocar...
tu piel blanca y tibia
que se esconde en el dolor.
Compulsiva obsesión
joven y tormentoso amor.
Ojos despiertos
como frìo terciopelo.
Mis pies sin tu calor
desnudos y fugaces.
Extraños y agradables
al deseo de tu tacto.
Rostro esclavo del espejo
porque tus ojos no le pueden mirar.
Mortífero reflejo en el cristal
vacío y solitario...
Tristeza sutil y helado sentir
que habita en mi sangre roja
indigna de ti.

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