miércoles, 6 de noviembre de 2013

713

No tengo ningún poema
todos cayeron abajo de los días.
Escondiéndose detrás de la tierra,
donde sembré mi canto
que se eleva en falsetes verdes con blanco.

Levántate de la cama sin mareos matutinos
sin la debilidad y el hastío.
Para andar  por los puentes negros de la ciudad
y esperar los segundos.
Flotando como vapor en las coladeras muertas
durante la madrugada.

Mientras la gente camina vacía, cobarde y sola.
Sin  esperanza  y  pasión en sus piernas.

Cierra la boca para que no entre en ti.

La  maldita trampa atorada en las esquinas
te asecha, te espía, y no se separa de ti.
Espera corromperte...

Devorara tu creación mental
la arrancara de tus brazos
y la llevara al otro lado del rió.

Allá donde el bosque es negro y apesta a podrido.
Allá donde  mantiene los cuerpos esparcidos
de los sueños que rompe y tu no podrás reconstruir.

Mejor levántate, escribe y abre tu boca para que salga.

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