lunes, 12 de agosto de 2013

Puerta abierta

Abriendo la totalidad lentamente
habitando este mundo de sufrimiento
la alegría fugaz, se disuelve como inyección en mi.

Treinta y tres minutos inconstantes donde mi mente despierta
se rehúsa a soñar nuevamente.


Así van entrando las intravenosas
duelen para sustentar la realidad
ya que en los sueños no existe el dolor.

Mas en la realidad, se siente la carne roja sangrar
se siente el corazón morir, se siente la ausencia de oxigeno, de calor...





Luz de sol, luz de luna por favor resplandezcan mi ser porque siento frió.

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